6.8.07

Conciencia ambiental: una Casa Ecológica en La Chacra

Frag. de nota publicada en Suplemento Norte del Diario La Nación. Mayo, 2007.


Tomar conciencia. Probablemente, para empezar a hacer algo solo se trate de eso. Hoy, las cifras que se publican son elocuentes: en los próximos años “las temperaturas planetarias podrían aumentar entre 4 y 5 grados centígrados” y las causas de estos desórdenes ambientales “son humanas”. Cientos de científicos que trabajan en el “Panel de Cambio Climático” de Naciones Unidas así definen las consecuencias y los motivos del Calentamiento Global que se registra.
Sin embargo, para la mayoría de la población estas realidades siguen escuchándose como demasiado lejanas, que asombran, sorprenden o apabullan pero que nadie percibe como inmediatas.

Por eso, cuando en San Isidro - un distrito de 35 km2 de territorio, en el país más austral del mundo - su intendente Gustavo Posse, en un improvisado discurso frente a estudiantes secundarios y miembros de instituciones intermedias, enumera con cierto detalle los efectos y causas del Cambio Climático, aparece un claro indicio que estas preocupaciones están cada vez más cerca de los ciudadanos. A su vez, permite empezar a pensar que hay medidas de cuidado ambiental que se deben implementar ya.

El acto ocurrió en La Chacra Educativa “San Isidro Labrador” en la localidad de Villa Adelina. Por tercer año consecutivo el municipio celebraba (demorado por mal tiempo) el Día de la Tierra – 22 de abril -, con una iniciativa por demás novedosa: el inicio de la construcción de una Casa Ecológica Autosuficiente.

Una vivienda que funcione con calefón solar, luces alimentadas con energía eólica, recuperación de agua de lluvia, baño seco, que se construya de acuerdo a estudios de Geobiología y Feng Shui, con ladrillos hechos de tierra prensada y paredes de “Tetra pack” que no es otra cosa que cartón reciclado comprimido, no se asemeja demasiado a los canones imperantes en las corrientes arquitectónicas actuales.

Sin embargo, cuando los recursos energéticos se vuelvan escasos o nulos, posiblemente no quede mucho para usar más que el mismo suelo, y reciclar y reconvertir los materiales que se desechan. La idea del “Delorean” – el auto que le permitía a Marty McFly “Volver al futuro” - que convertía la basura en combustible puede salir de una ficción ochentista para ofrecer una solución real y, tal vez, única posible.

“En lugar de ‘tiro todo’ vamos a incorporar composteros para recuperar todo. La cocina será el lugar de reconversión de energías. Más allá de las tecnologías que se apliquen, va a ser un ejercicio de cambio de actitud, que es lo más difícil”, asegura Mabel Leva, directora de la Chacra y principal impulsora del proyecto. La Casa ya inició su proceso de construcción que durará un año y se espera festejar el próximo Día de la Tierra con la apertura de la vivienda.

Materiales y tecnologías que se aplicarán en la Casa Ecológica:
Algunos de los materiales que se aplicarán para construir la Casa Ecológica serán: Ladrillos de “suelo cemento” compactados con una máquina de modo manual, cedida por la Universidad de Buenos Aires; para los tabiques, placard y muebles de cocina se utilizará placas de material reciclado con estructuras de aluminio como las empleadas para las placas de Durlock. Los revestimientos cerámicos serán los tradicionales que se podrán adherir a las placas de reciclaje.

Mensajes de amor en el Delta

Frag. de nota publicada en el Suplemento Norte del Diario La Nación. Diciembre de 2006

En la isla, las palabras no abundan. Como tampoco los lugares para el encuentro. Por eso, cuando hace cuatro años, en la biblioteca del Museo Sarmiento y en las escuelas insulares del municipio de Tigre se instalaron cajas que hacían las veces de buzones, la primera mirada de los chicos y sus padres fue de cuidado.
Sin embargo, como suele ocurrir en comunidades dispersas, las maestras se encargaron de transmitir la propuesta que pretendía arrancar de esos intensos silencios, sentimientos traducidos en cartas.

El concurso, denominado “Cartas de amor en la isla”, tiene como objetivo principal “provocar la comunicación” entre las familias de isleños que aunque viven una realidad similar, surcada por arroyos y ríos, suelen mantenerse distantes unas de otras. Las misivas enviadas reprodujeron historias de amor en su sentido más amplio: contaron historias de encuentros y abandonos, arraigo y nostalgia que todos viven, gozan y sufren cotidianamente en el ambiente desafiante de la isla.

Con simpleza “Nato” cuenta en su carta el orgullo que siente de pertenecer ese lugar: “Hola a todos: Me llamo Natahel. Vivo en la isla con mis hermanos y mi mamá y mi papá. Tengo 9 años y ya sé cortar juncos, juntar resaca, pescar y remar. Esas son cosas importantes. Yo quiero a mi isla y no debe haber un lugar mejor donde vivir”, firma Nato Castro, de la EGB Nº 17.

Su compañera de escuela, Cecilia Villalba, que también ganó una mención especial, elige como destinatario de su mensaje a su papá: “Carta de amor a mi papá. Mi papá se llama Javier. Es un hombre muy bueno y trabajador. Siempre está pensando lo mejor para nosotros. Cuando lo veo preocupado le cebo unos mates y trato de conversar un rato para que se le pase. Yo amo a mi papá porque es el mejor hombre del mundo”.

Pero, también en las cartas se encuentran las huellas que deja la necesidad de salir de la isla para tener otras posibilidades de desarrollo laboral o personal. “Querida Hermana, desde que te fuiste te extraño mucho y te quiero. (…) Estaba mirando tus cosas y me acordaba de cuando éramos chiquitas y jugábamos las dos juntas pero lástima que creciste y te fuiste. (…) Acá en casa todos te extrañamos y además mamá ve tus fotos y se pone a llorar. Vení por favor”, escribe Rocío Arroyo, de 10 años, de la EGB Nro 13, que ganó una mención especial en la Categoría Asomando.

Durante los últimos cuatro años, en los meses de julio y agosto, estas historias viajan por los arroyos del Delta. Marilina Silva, Coordinadora Cultural Delta de la Secretaría de Gobierno de Tigre y generadora de estos programas cuenta que se iniciaron con el único afán de “promover la comunicación. Aquí, el agua te aleja tanto como te une. Por eso, quisimos aprovechar el río como canal. Después de cuatro años, la gente se está animando a contar”.