Inspiración

Artistas creando. Cientos se movilizan en toda la región buscando nuevos paisajes, temas o reflejos de la historia y tradición que aquí hay para pintar y moldear.

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Manchas en Otoño

Frag. de nota publicada en Suplemento Norte del Diario La Nación. Marzo, 2007

Al inicio de las estaciones del año, artistas plásticos y escultores se congregan en San Isidro para captar las impresiones de cada momento. Con el comienzo del otoño se realizó el primer encuentro frente a la Catedral.

Las mañanas de domingo no son calmas en la Plaza Mitre frente a la Catedral de San Isidro, o en las calles coloniales que, zigzaguentes, conducen hasta el paseo de “los tres Ombúes” con una de las mejores vistas panorámicas al Río de la Plata.
El centro histórico por excelencia de este partido tiene una movida que comienza bien temprano con los artesanos que preparan sus puestos y los buses que traen a los codiciados turistas para recorrer uno de los lugares más antiguos y tradicionales de Buenos Aires. En tanto, las familias van y vienen de la misa dominical que es anunciada, cada hora, por las campanas del templo.

Por eso, no es fácil descubrir a estos silenciosos personajes que intentan pintar el otoño. Parece que no están, pero si uno mira mejor los va encontrando entre tanto movimiento. Uno de ellos está parado entre los autos estacionados en la calle adoquinada frente a la iglesia. Hay otro al costado de la escalinata de la plaza del “reloj floral” con vista a la barranca que conduce a la estación del Tren del Bajo. También, están los que prefieren buscar su inspiración más cerca del río, a unas diez cuadras de allí.

“Somos mancheros” dice con picardía y un dejo de sencillez Victoria Lauciello. Ella es uno de estos personajes que acudió a esta convocatoria que con forma de concurso reunió a alrededor de cincuenta artistas plásticos y escultores que coparon los rincones más insólitos del lugar.
También está Sakiko Horita que acurrucada en unos escalones de la plazoleta “Domingo de Acassuso” mide la composición de su creación. Cuando levanta la mirada, el sol le brilla en el rostro. Sus rasgos japoneses se estiran más cuando sonríe. Tiene 71 años y llegó al país hace 36. Sakiko ya adoptó a la Argentina como su verdadera patria, pero admite que participa en estos concursos para olvidarse de la soledad y la nostalgia del paso del tiempo.

Muchos de los participantes se conocen de otros concursos. De hecho, ellos mismos se comunican de “boca a boca”, teléfono o mail los siguientes encuentros. Y más allá de la fuerza creadora que generan a ninguno se le escapa que están allí para ganar.

La particularidad de este Concurso de Manchas y Boceto Escultórico es que es el primero de una serie de 4 que se realiza al inicio de cada estación del año. Por eso, su nombre es más que pretencioso: “El Creador, Vivaldi y nosotros”. (...) En tanto, vuelven a sonar las campanas de la Catedral. Los feligreses salen de la misa y, como en una exposición de cuadros al aire libre, se detienen a observar la maravilla de la creación en las manos y pinceles de este grupo de artistas.